LA CANCIÓN DEL MOSQUITO
13 enero 2011
Podría haber sido un día cualquiera en tierra de nadie o haber sido un día preciso en tierra de alguien, en realidad no sé realmente si esto ocurrió alguna vez o sí solo es fruto de mi imaginación. Lo que sí es evidente es que os lo voy a contar.
Fue para Gloria un día excepcional, como cada mañana se fue a la escuela; entre Gloria y su escuela hay un abismo de un par de kilómetros físicos y un hueco enorme de aburrimiento, pero su madre se empeña en que vaya de todos modos.
Cómo siempre se levantó con el tiempo justo y desganada, además tuvo que correr porque llegaba tarde, la vida está llena de injusticias y nada más injusto que ir corriendo a donde no deseas. Lo único bueno en eses casos es el permiso maternal de coger la bici para ir más rápido. Ese día corrió tanto que no se dio cuenta que un mosquito le revoloteaba por el cabello y se deslizaba poco a poco por su oreja para acabar entrándole en el interior del oído.
De repente el mosquito empezó a hacerle cosquillas y ella se frotaba y se frotaba tratando de sacárselo, en el interior el mosquito se quedó quieto, no quería salir.
Gloria empezó a hablarle y su voz resonaba tanto que el mosquito empezó a revolotear y a agitarse dentro, por fin harto de tanto mareo el mosquito se decidió a hablar también: !Oye nena, deja ya de fastidiarme! Y vamos a ver, ¿ a donde vas que tengas tanta prisa?
Gloria sorprendida por la voz del mosquito, le contestó simplemente que iba al cole.
“Aprender está bien, pero soñar es mucho mejor, ¿ por qué no vienes conmigo y te dejas llevar al mundo de los sueños reales?”- dijo el mosquito.
“ Si hombre, y si se entera mi madre ¿qué?! ¡Qué te has creído, yo soy una chica seria, no como tú, mosquito malcriado que entras en mi oído sin pedir permiso!”- dijo Gloria.
El mosquito no le contestó, y como si la ignorara completamente se puso a cantar una canción a ritmo de salsa”: Pon un lazo a tu voz, pon un lazo a tu voz y verás nena como todo irá mejor…
Si tu quieres que yo te lleve, ven y sígueme, deja tus temores de ogros y horrores, déjate llevar por el sonido de mi voz. Y pon un lazo a tu voz, pon un lazo a tu voz y tu vida será como la mía, mi amor”
“ ¡Solo me faltaba la voz de un mosquito salsero en la oreja! Recién levantada de la cama y con el mal humor que llevo por dentro”. Gloria hizo como si no hubiese nadie en su oreja.
A las puertas del cole la estaba esperando el director, como de costumbre llegaba tarde, por lo que el “ dire” le echó una bronca tremenda. En ese mismo instante el mosquito salsero empezó de nuevo a cantar: “Pon un lazo a tu voz, pon un lazo a tu voz y verás nena como todo irá mejor…”. Gloria sin pensárselo un instante gritó: “Calla pedazo de mosquito estúpido”.
Cómo podéis imaginar, el director se lo tomó muy mal, la agarró de la oreja y le dijo si esas eran formas de hablarle a una persona mayor. El castigo de cara a la pared no se hizo esperar y al llegar a casa por la tarde, su madre ya estaba al tanto del percance.
La madre de Gloria la estaba esperando para darle un sermón de comportamiento cívico y le pidió explicaciones. Iba a hablarle del mosquito cuando este empezó a cantar otra vez: “Pon un lazo a tu voz, pon un lazo a tu voz y verás nena como todo irá mejor…”
“Déjame en paz, sanguijuela, déjame en paz”- dijo Gloria al maldito mosquito. Ante esa respuesta, su madre le arreó un bofetón y le dijo que se había vuelto una atrevida, que de esta vez no pasaba, y como estaba harta de sus payasadas, iba a llamar a su padre para que él le diera el castigo que se merecía.
Gloria se puso a llorar, el día había sido demasiado estresante para ella y quizás ahora su padre la detestaría de verdad y quizás lo perdería para siempre.
El mosquito que todavía estaba en su oído se puso muy triste también, y empezó a cantarle la misma canción de nuevo pero esta vez con ritmo de bolero, y con la dulzura de su voz: “Pon un lazo a tu voz, pon un lazo a tu voz y verás, mami, como tu vida será mejor. Si tú quieres que yo te lleve, ven y sígueme, deja tus temores de ogros y horrores, déjate llevar por el sonido de mi voz. Y pon tú también a tu voz un lazo de amor”
Inconscientemente Gloria empezó a cantar al mismo tiempo que el mosquito, su voz melodiosa se esparció por toda la casa y la magia de la canción del mosquito llenó el ambiente.
A la llegada de su papá, se respiraba paz y aunque él le puso el grito en el cielo, Gloria recordó la canción del mosquito y a su voz le puso todos los lazos de dulzura que pudo y dijo: “Te quiero mucho, papi”
Tú también acuérdate, si amas a alguien a quien tienes miedo de perder, díselo con la canción del mosquito.