EL GRITO
15 junio 2011
EL GRITO
Si con el grito sobrehumano del fondo de las entrañas, pudiera liberar el mundo de la injusticia, gritaría hasta la afonía. Gritaría hasta que la lengua se me quedará pegada al paladar, gritaría hasta que los ojos se me salieran de las órbitas, gritaría hasta que el mundo entero se hiciera añicos como un pedazo de cristal.
Si con la fuerza de un puño, pudiera mover la razón. Pegaría, hasta hacer sangrar a los cadáveres. Pegaría hasta que mis propios nudillos se volvieran polvo. Pegaría hasta destrozar la crueldad de la intolerancia.
Si con la lengua pudiera borrar de un lengüetazo el herir innecesario, el mundo entero lleno de mi saliva daría tanto asco y repugnancia, que ni tan siquiera un pordiosero miserable, se atrevería a salir.
Pero resulta que: mi voz es dulce, mi fuerza: la de una frágil mujer, y mi lengua está seca de hablarle al viento.
Entonces, cuando en esta vida uno no tiene nada con que luchar, de todos modos, siempre le quedan a uno sus propios ojos para llorar.
Rosa Ramos 2000