POESIA DE LAS BUENAS NOCHES
11 julio 2011
Poesía del crépusculo y de las buenas noches
El sol se pone ante mis ojos vespertinos,
el cuerpo se dirige
lentamente hacía la noche
que madruga un día antes de su muerte,
¿la veré yo?
¿Vencerá mi fatiga la batalla del sueño?
Cualquier intento de respuesta
me lleva arrastras al descanso
y esos ojos que vieron ponerse el sol,
ya no resistirán el peso
de tanta observación diaria
de letras, simbolos y números,
todos ellos tan cotidianos
que a mis párpados convierten en losas de cementerio.
Representaciones de lo que llamamos
vulgarmente vida.
No me esperes noche, no me esperes
antes que llegues, yo me habré ido.
Tal vez mi cuerpo siga en pie,
pero yo me habré ido.
Allá dónde el sol se esconde.
Allá a dónde nace el arco-iris.
Y las carencias de la vida
se hacen sueño bendito.
Pues no puede mi alma inquieta contener
toda la oscuridad del universo,
sino que entre Andromeda y Casiopea
seguirá buscando exhausta
luces de colores,
sabiendo que en algún lugar del mundo
con una gran lupa desveladora
alguien tan agotado como yo,
trata de encontrar la misma ruta
hacia el reposo,
mientras sus propios ojos
enrojecidos de aguantar el sueño
no tienen más deseo
que el de cerrarse en un beso.
Ese que se da justo antes de caer rendido.
110711
EL GRITO
15 junio 2011
EL GRITO
Si con el grito sobrehumano del fondo de las entrañas, pudiera liberar el mundo de la injusticia, gritaría hasta la afonía. Gritaría hasta que la lengua se me quedará pegada al paladar, gritaría hasta que los ojos se me salieran de las órbitas, gritaría hasta que el mundo entero se hiciera añicos como un pedazo de cristal.
Si con la fuerza de un puño, pudiera mover la razón. Pegaría, hasta hacer sangrar a los cadáveres. Pegaría hasta que mis propios nudillos se volvieran polvo. Pegaría hasta destrozar la crueldad de la intolerancia.
Si con la lengua pudiera borrar de un lengüetazo el herir innecesario, el mundo entero lleno de mi saliva daría tanto asco y repugnancia, que ni tan siquiera un pordiosero miserable, se atrevería a salir.
Pero resulta que: mi voz es dulce, mi fuerza: la de una frágil mujer, y mi lengua está seca de hablarle al viento.
Entonces, cuando en esta vida uno no tiene nada con que luchar, de todos modos, siempre le quedan a uno sus propios ojos para llorar.
Rosa Ramos 2000
ARRIBA LA PRIMAVERA – LE PRINTEMPS ARRIVE
5 mayo 2011
S’acaba l’hivern.
El nou cicle s’enceta anualment sense sorpresa.
Còmplices del sol, i les plantes creixents
els protocarionts fotosintetitzadors
la clorofil·la desperten, reverdint el marriment.
Vegetació que viu desvergonyida,
vers la llum a ple rendiment.
Acomiaden al marró malenconiós.
Cloroplast sense malícia.
i la seva obscura tristesa,
se’n tornen a no sé on,
fins la pròxima ombrívola decadència.
Innocent clorosi desarmada, sense llum, pigments desvestits.
Oblidem la fulla caiguda, d’hiverns pansits.
A les neures i sentiments descolorits, fem abatuda.
No hi ha altre camí, es un atzucac sense sortida.
El nou cicle s’enceta anualment sense sorpresa.
S’acaba l’hivern.
Rosa Ramos 2008 del Poemari «Biofotogènesi Poètica»
Le printemps arrive.
L’hiver s’achève.
Le nouveau cycle commence
chaque année, sans surprise.
Complices du soleil et
des plantes qui poussent
les Caroténoïdes photosynthétiques
la chlorophylle éveillent,
et reverdissant la mélancolie.
La végétation revit
sans honte,
vers la lumière à pleine capacité.
Ils reconduisent le gris mélancolique,
le chloroplaste sans malice et sa tristesse sombre,
qui repartent je ne sais ou,
jusqu’à la suivante décomposition ombragée.
Chlorose innocent désarmé,
sans lumière, pigments déshabillés.
Oubliez les feuilles flétries et tombés des hivers.
Les névroses et les sentiments décolorés,
nous les avons abattus.
Il n’y à pas d’autre voie, c’est une impasse.
Le nouveau cycle recommence
chaque année, sans surprise.
L’Hiver se termine.
Traduction française- Sarah Ben Barouch- 2011
Botellas rotas (Original de Mois Benarroch)
Nací donde el Mediterráneo
busca al Océano
desesperado
intentando salir
como un mensaje caducado
Nací preguntando
¿Y el Océano,
a dónde sale?
Poema escrito arrodillado (Original Mois Benarroch)
Estas tierras que eran nuestras
no dan trabajo a nuestros hijos
unos creen en la tómbola
otros en el amor libre
Estas tierras que fueron nuestras
no nos dan nietos, nos dan
cacahuetes ahumados
otros tiempos que fueron nuestros
los que menos nos entienden
son los revolucionarios de ayer
dicen que hay que sufrir
para que conserven sus conservas
Mañana será otro día, mañana
otro puerto será inundado
por aguas con olas de fuego
por palabras viejas como el mar.
Bouteilles casées (Version française Sonia Soriano et Rosa Ramos)
Je suis né la ou la Méditerranée
cherche l’Océan
désespéré
cherchant a sortir
comme un message périmé.
Je suis né demandant:
Et l’Océan,
ou est ce qu’il débouche?
Poème écrit à genoux (Version française Sonia Soriano et Rosa Ramos)
Ces terres qui étaient à nous
ne donnent plus de travail a nos enfants
certains croient à la roulette
d’autres à l’amour libre
Ces terres qui étaient nôtres
ne nous donnent plus de petits-enfants,
elles nous donnent de cacahuètes fumées
qu´autrefois on été a nous.
Ceux qui au moins nous comprennent
ces révolutionnaires d’hier
disent qu’il faut souffrir
pour conserver leur conserves
Demain sera un jour nouveau, demain
un autre port sera inondé
par des eaux avec des vagues de feu
des vieux mots comme la mer.
Para quien escribimos los poemas
(Original Mois Benarroch)
No, no, que no
No escribimos
para los que viven
escribimos para los muertos
y para los que no han nacido
todavía,
para los muertos: para dar
sentido a sus vidas
a sus sufrimientos
a sus escalofríos
a sus muertes
para los que no han nacido: para
que sepan que por algún lado
en un pasado de locos
algún poema
sabía que todos eran
esclavos,
él también.
Pour qui écrivons-nous des poèmes (Version française Rosa Ramos- Jose Alloza)
Non, non, et non
Nous n’écrivons pas
pour les vivants
nous écrivons pour les morts
pour ceux pas encore nés
pour les morts: pour donner
du sens à leurs vies
à leurs souffrances
à leurs frissons
à leurs morts
pour ceux pas encore nés: pour
qu’ils sachent que quelque part
dans un passé de folie
un poème
savait qu’ils étaient des
esclaves,
lui aussi.
Amo a los hombres y les canto. (Original Gioconda Belli)
Amo a los jóvenes desafiantes jinetes del aire,
pobladores de pasillos en las Universidades,
rebeldes, inconformes, planeadores de mundos diferentes.
Amo a los obreros,
esos sudorosos gigantes morenos
que salen de madrugada a construir ciudades.
Amo a los carpinteros que reconocen a la madera como a su mujer
y saben hacerla a su modo.
Amo a los campesinos que no tienen más tractor que su brazo
que rompen el vientre de la tierra y la poseen.
Amo, compasiva y tristemente,
a los complicados hombres de negocios
que han convertido su hombría en una sanguinaria máquina de sumar
y han dejado los pensamientos más profundos,
los sentimientos más nobles por cálculos y métodos de explotación.
Amo a los poetas -bellos ángeles lanzallamas- que inventan nuevos mundos
desde la palabra y que dan a la risa y al vino su justa y proverbial importancia
que conocen la trascendencia de una conversación tranquila bajo los árboles,
a esos poetas vitales que sufren las lágrimas y van y dejan todo
y mueren para que nazcan hombres con la frente alta.
Amo a los pintores -hombres colores- que guardan su hermosura para nuestros ojos
y a los que pintan el horror y el hambre para que no se nos olvide.
Amo a los solitarios pensadores los que existen más allá del amor
y de la comprensión sencilla los que se hunden en titánicas averiguaciones
y se atormentan día y noche ante lo absurdo de las respuestas.
A todos amo con un amor de mujer, de madre, de hermana,
con un amor que es más grande que yo toda,
que me supera y me envuelve como un océano donde todo el misterio se resuelve en espuma…
Amo a las mujeres desde su piel que es la mía.
A la que se rebela y forcejea con la pluma y la voz desenvainadas,
a la que se levanta de noche a ver a su hijo que llora, a
la que llora por un niño que se ha dormido para siempre,
a la que lucha enardecida en las montañas,
a la que trabaja -mal pagada- en la ciudad,
a la que gorda y contenta canta cuando echa tortillas en la pancita caliente del comal,
a la que camina con el peso de un ser en su vientre enorme y fecundo.
A todas las amo y me felicito por ser de su especie.
Me felicito por estar con hombres y mujeres aquí bajo este cielo,
sobre esta tierra tropical y fértil, ondulante y cubierta de hierba.
Me felicito por ser y por haber nacido,
por mis pulmones que me llevan y me traen el aire,
porque cuando respiro siento que el mundo todo entra en mí y sale con algo mío,
por estos poemas que escribo y lanzo al viento para alegría de los pájaros,
por todo lo que soy y rompe el aire a mi paso,
por las flores que se mecen en los caminos
y los pensamientos que, desenfrenados, alborotan en las cabezas,
por los llantos y las rebeliones.
Me felicito porque soy parte de una nueva época
porque he comprendido la importancia que tiene mi existencia,
la importancia que tiene tu existencia, la de todos,
la vitalidad de mi mano unida a otras manos,
de mi canto unido a otros cantos. P
orque he comprendido mi misión de ser creador,
de alfarera de mi tiempo que es el tiempo nuestro,
quiero irme a la calle y a los campos,
a las mansiones y a las chozas a sacudir a los tibios y haraganes,
a los que reniegan de la vida y de los malos negocios,
a los que dejan de ver el sol para cuadrar balances,
a los incrédulos, a los desamparados,
a los que han perdido la esperanza,
a los que ríen y cantan y hablan con optimismo;
quiero traerlos a todos hacia la madrugada,
traerlos a ver la vida que pasa con una hermosura dolorosa y desafiante,
la vida que nos espera detrás de cada atardecer
-último testimonio de un día que se va para siempre, que sale del tiempo y que nunca volverá a repetirse-.
Quiero atraer a todos hacia el abrazo de una alegría que comienza,
de un Universo que espera que rompamos sus puertas con la energía de nuestra marcha incontenible.
Quiero llevaros a recorrer los caminos por donde avanza -inexorable- la Historia.
Porque los amo quiero llevarlos de frente a la nueva mañana,
mañana lavada de pesar que habremos construido todos.
Vámonos y que nadie se quede a la zaga,
que nadie perezoso, amedrentado, tibio,
habite la faz de la tierra para que este amor tenga la fuerza de los terremotos,
de los maremotos, de los ciclones, de los huracanes
y todo lo que nos aprisione vuele convertido en desecho
mientras hombres y mujeres nuevos van naciendo
erguidos luminosos como volcanes…
Vámonos
Vámonos
Vámonoooos!!!
J’aime les jeunes
provocateurs cavaliers de l’aire,
habitants des couloirs des Universités,
…rebelles, anticonformistes, projecteurs de mondes différents.
J’aime les ouvriers,
ses bruns géants en sueur
qui sortent à l’aube pour construire des villes.
J’aime les charpentiers
qui reconnaissent les bois comme leur propre femme
et qui savent comment la modeler a son gout.
J’aime les paysans
pour qui leur bras est leur tracteur
qui cassent le ventre de la terre et la possèdent.
J’aime, compatissante et triste, aux complexes
hommes d’affaires
qui ont transformé leur virilité en sanguinaire
machine à additionner
et on échange les pensées les plus profondes, les
sentiments les plus nobles
par calculs et méthodes d’exploitation.
J’aime les poètes – beaux anges lance-flammes –
qu’inventent de nouveaux mondes à partir de la parole et qui donnent au rire et au vin leur juste et proverbiale importance.
qui reconnaissent l’importance d’une conversation
tranquille sous les arbres,
a ses poètes vitales qui souffrent les larmes et d’un coup
laissent tout et ils meurent
pour qui naissent des hommes qui puissent hausser la tête.
J’aime les peintres – hommes aux coloris –
qui conservent leur beauté pour nos yeux
et à ceux qui peignent l’horreur et la famine
pour pas que l’on oublie.
J’aime les penseurs solitaires
ceux qui existent plus loin de l’amour et de la simple compression
ceux qui plongent dans des enquêtes titaniques
et que jour et nuit sont tourmentés devant l’absurdité des réponses.
Je les aime tous avec un amour de femme, de mère, de sœur,
un amour qui est plus grand que moi toute entière
qui me dépasse et qui m’entoure comme un océan
ou tout le mystère est résolu avec l’écume…
J’aime les femmes à partir du fait que leur peau est la mienne.
A celle qui se rebelle et se débat avec une plume et une voix dégainées,
a celle qui se lève la nuit pour voir son enfant qui pleure,
a celle qui pleure pour enfant qui c’est endormi pour toujours,
a celle qui lutte échauffe dans les montagnes,
a celle qui travaille -mal payé- dans la ville,
a celle qui grosse et heureuse chante quand fait ses « tortillas »
dans le ventre chaud du poêle,
a celle qui marche avec le poids d’un être dans son ventre
énorme et fécond.
Je les aime toutes et je me félicite pour être de leur espèce.
Je me félicité pour entre avec des hommes et des femmes
sous ce ciel, sur cette terre tropical et fertile,
ondulante et couverte d’herbe.
Je me félicité pour être et pour naitre,
pour mes poumons qui me portent et m’amènent l’aire,
parce que quand je respire je sens que le monde entier rentre Dans moi
et sort avec quelque chose de moi,
pour ces poèmes que j’écris et je lance au vent
pour le bonheur des oiseaux,
pour tout ce que je suis et cassé l’aire à chaque un des mes pas,
pour les fleurs qui se bercent aux chemins
et les pensées qui, débridées, chahutent dans les têtes,
pour les pleurs et les rebellions.
Je me félicite parce que je fais partie d’une époque nouvelle
parce que j’ai compris l’importance de mon existence,
l’importance de ton existence, celle de touts,
la vitalité de ma main attaché à d’autres mains,
de mon chant lié a d’autres chants.
Parce que j’ai compris ma mission d’être créateur,
potier de mon temps que c’est le notre,
je veux aller dans la rue et dans les champs,
dans les demeures et dans les huttes
pour secouer les tièdes et les fainéants,
à ceux qui renient de la vie et des mauvais affaires,
à ceux qui s’arrêtent de regarder le soleil pour cadrer bilans,
aux incrédules, aux délaisses,
à ceux qui on perdu l’espoir,
à ceux qui rient et chantent et parlent avec optimisme;
je veux les amener tous à petit matin,
les amener voir la vie qui passe
avec une beauté douloureuse et défiante,
la vie qui nous attends après chaque tombée du jour
-dernier témoignage d’une journée qui s’en va a tout jamais,
qui sort du temps et que plus jamais ne reviendra-.
Je veux attirer tout le monde vers l’embrassade d’une joie qui commence,
d’un Univers qui attends que l’on brise ses portes
avec l’énergie de notre cours irrépressible.
Je veux les amener parcourir les chemins
là ou -inexorable- l’Histoire avance.
Parce que je les aime je veux les amener tout droit vers le nouveau matin,
demain lavé du chagrin que nous tous aurons construit.
Allons-y et que personne ne reste à la traine,
que aucun paresseux, effrayé, tiède, n’habite plus sur terre
pour que cet amour aie la force des tremblements de terre,
des raz des marées,
des cyclones, des ouragans
et que tout ce qui nos emprisonne s’envole transforme en déchet
tandis que hommes et femmes nouveaux
naissent dressés
lumineux
comme des volcans…
Allons-y
Allons-y
Allon-yyyyy!
AEOLIAN HARPS
3 febrero 2011

In the middle of the night
voices of winds talked in my head,
I feel them scream and shout, naughty
the calm ones, talking
about traditions of Catalonia.
And their music of ancient gods
go ahead with their trend.
Even my hair and my skin
is electrified by their force.
No one can stop them.
Playing with all they find
like goblins who can’t rest
they push up branches and leaves.
Pla, our writer describe them,
eight winds of the land.
Playing to death with their
NOVEDAD LITERARIA
27 enero 2011
Hace unos años atrás nos aventuramos con algunos amigos a crear el Club Dante, un club de literatura y poesía, del que nació este libro que ha tenido un embarazo casi tan largo como el de un elefante, pero al final y después de mucho batallar nació. Está escrito en PROSIA es decir fusiona poesía y prosa.
La prosa a cargo de Julián Miranda, la poesia a cargo de: Noemi Trujillo Giacomelli, una servidora Rosa Ramos i Frigola, Rosa Maria Prat, Puri Martins, Alberto Villén Pinilla, Gema Moraleja Paz, Luis Luna, Dina Luz Pardo Olaya, Aldo Arcerito, Mercedes Gil y Ana Mª Rodriguez.
El prólogo está escrito por el alcalde de la ciudad de Figueres, SANTI VILA I VICENTE, al que agradecemos su excelente participación en este arriesgado y largo proyecto.
SINOPSIS: El Club Dante reúne a un grupo dispar de personajes, cada cual con sus temores y sus anhelos, estos se ven involucrados por los azares de la existencia en la persecución de una joven artista americana, los poetas usarán su arte para ayudarla y demostrarán al mundo el poder de la poesía en acción solidaria.
PARA RECIBIR UN EJEMPLAR: http://librosbajodemanda.elcorteingles.es/EL-CLUB-DANTE-Y-SU-MISION-ESTELAR-JULIAN-MIRANDA-PARNASS-EDICIONES-LibroEbook-9788415007401.html
Del libro ZONA DE NADIE
ÚLTIMA ESTACIÓN: PORT BOU (Original Castellano)
No puedes dejar de imaginarla: ella detenida en otra ciudad ante un escaparate de lencería. Y tú, bebiéndote las heces de la poesía. No puedes dejar de imaginarla: ella crispada en su mutismo, temblando en busca de una pastilla que postergue el suicidio. Espejos que la desdoblan, que le transfiguran el rostro.
Ella repitiendo hasta el desvarío: “hay que hacer algo con este niño, sólo dibuja trenes incendiados.” Ella mirando la cartulina arrancada de cuajo. El tren, pero también una palabra que se le hiela en los labios: fuga: su palabra favorita escrita en tinta negra sobre un fondo en llamas. Como quien deja una nota bajo la luz decrépita de un quinqué. No puedes dejar de imaginarla, mientras buscas en tus archivos los papeles sobre los últimos días de Walter Benjamin.
Coges trenes al vuelo sin saber a dónde se dirigen. El revisor te está exigiendo un billete que nunca has tenido. Y tú, hurgando en el bolsillo interior de tu chaqueta raída. No puedes dejar de imaginarla. Estás entrando en zona de nadie. Alejado de los puntos de partida y de los destinos, sólo pides a los trenes que ignoren las estaciones. De niño siempre soñaste con un billete de ida eterno.
En las habitaciones de los hoteles has logrado ser tú mismo: un hombre provisional.
No puedes dejar de imaginarla: ella esperándote en el andén. Te ha confesado que no se acuerda de tu rostro, sólo de tu ojos tristes y fanáticos (dile que tenga cuidado con los adjetivos, suelen fulminarte). Tu rostro es neutro, como deberían de ser todos los rostros. Tu rostro no hace daño a nadie.
No puedes dejar de imaginarla. Acuérdate de Port Bou: teníais hambre, sueño y deseo. Allí os perdisteis. Todo fue demasiado bello como para fijar aquel relámpago.
No puedes dejar de imaginarla: un tren a tumba abierta precipitándose al abismo, a la marea negra de esta noche sin límite.
El tren incendiado del niño: no puedes quitártelo de la cabeza. La chimenea vomitando un chorro de humo y los indios aullando a lomos de sus caballos. Te concentras en la escritura, que es otro tren loco, otro caballo desbocado, sin dejar de observar a los pasajeros: nueve seres humanos que comparten el mismo vagón, que se miran o se ignoran, que leen o duermen, que contemplan absortos el paisaje de esta región que desconoces. Que escriben. Te has dejado atrás, entregado a una penosa reconstrucción de tus fragmentos. El esfuerzo es inútil. Este tren es tu particular línea de fuga, y a ella te sometes.
Despojado del lastre de la identidad, ya no eres nadie, sólo ese que ya no está y que siempre está por llegar. Te confundes con la velocidad. La escritura va ganando en precisión. Tu caligrafía es serena, fluida como un río que imperturbable va siguiendo su curso. Velocidad
constante de la escritura multiplicada por la velocidad discontinua del tren siempre da un resultado óptimo: un cero o conjunto vacío liberador.
Ya no puedes acordarte de su rostro. Por fin has logrado la deformación absoluta de sus rasgos. Y ahora la soledad como un interminable desierto para seguir pensando. Para continuar escribiendo este poema que linda con la ausencia. Los desagües de la memoria trabajan a jornada completa. No puedes dejar de imaginarla. Pero su rostro ya no es su rostro, sino una amalgama de rostros que has ido incorporando en el viaje. La memoria también comete sus homicidios.
Ahora eres un hombre que espera un tren, que se regocija mirando el panel de los horarios, las posibles combinaciones de la fuga, que se emociona con estas soledades que se abrazan y se despiden.
Recuérdalo: Walter Benjamín entre la espada y la pared, entre los nazis y la policía franquista, entre la morfina y la salvación perentoria de sus manuscritos.
Sabes que este viaje tiene un final, y que este final tiene un nombre: Nada. Pero también sabes que todo final convoca un inicio, y que el resto de tu vida consistirá en coger al vuelo trenes quiméricos.
Asume tu condición fugitiva. Te mirarás por enésima vez en el espejo roto de algún hotel y verás a un hombre de espaldas. Las espaldas de un hombre que espera. Ella será tan sólo un papel en blanco o el negativo de una fotografía abrasada o como este túnel que dura más de la cuenta o quizá eres tú que estás entrando en la ceguera.
Del llibre ZONA DE NINGÚ
DARRERA ESTACIÓ: PORT BOU (Versió Catalana- Rosa Ramos)
No pots estar-te d’imaginar-la: Ella aturada en una altre ciutat davant un aparador de llenceria. I tu, bevent el pòsit de la poesia.
No pots estar-te d’imaginar-la: ella crispada en el seu mutisme, tremolant a la recerca d’una pastilla que posposi el suïcidi. Miralls que la desdobleguen, que li transfiguren el rostre.
Ella repeteix fins a desvariejar: «S’ha de fer alguna cosa amb aquest nen, només dibuixa trens incendiats».
Ella mirant la cartolina arrancada d’arrel. El tren, però també la seva paraula preferida escrita amb tinta negra sobre un fons en flames.
Com qui deixa una nota sota la llum decrèpita d’un quinqué. No pots estar-te d’imaginar-la, mentre cerques en els teus arxius els papers dels darrers dies de Walter Benjamin.
Agafes trens al vol sense saber a on es dirigeixen. El revisor t’està exigint un bitllet que mai has tingut. I tu, furgant la butxaca interior de la teva jaqueta gastada. No pots estar-te d’imaginar-la. Estàs entrant en zona de ningú. Allunyat dels punts de partida i destí, només demanes als trens que ignorin les estacions. Infant sempre vares somiar amb un bitllet d’anada etern.
A les habitacions dels hotels has aconseguit ésser tu mateix: un home provisional. No pots estar-te d’imaginar-la: ella esperant-te a l’andana. T’ha confessat que no se’n recorda del teu rostre, només dels teus ulls trists i fanàtics (digues-l’hi que tingui cura dels adjectius, solen fulminar-te) El teu rostre és neutre, com ho haurien de ser tots. El teu rostre no fa mal a ningú. No pots estar-te d’imaginar-la. Recordat de Port Bou: teníeu gana, son i desig.
Allà us vareu perdre. Tot va ser massa bonic com per fixar aquell llamp. No pots estar-te d’imaginar-la: un tren amb la tomba oberta precipitant-se vers l’abisme, a la marea negre de aquest nit sense límit.
El tren incendiat del nen: no pots treure-te’l del cap. La xemeneia vomitant un raig de fum i els indis udolant a llom dels seus cavalls. Et concentres en l’escriptura, que és un altre tren boig, un altre cavall desbocat, sense deixar d’observar els passatgers: nou éssers humans que comparteixen el mateix vagó, que se miren o s’ignoren, que llegeixen o dormen, que contemplen absorts el paisatge d’aquesta regió que desconeixes. Que escriuen. T’has deixat darrera, entregat a una penosa reconstrucció dels teus fragments. L’esforç es inútil. Aquest tren és la teva particular línia de fuga, i a ella et sotmets.
Despullat del llast de d’identitat, ja no ets ningú, només aquell que ja no hi és i que sempre està per arribar. Et confons amb la velocitat. L’escriptura va guanyant en precisió. La teva cal·ligrafia es serena, fluida com un riu que impertorbable va seguint el seu curs.
Velocitat constant de l’escriptura multiplicada per la velocitat discontinua del tren sempre dona un resultat optima: un cero o un conjunt buit alliberador.
Ja no pots recordar-te del seu rostre. Per fi has aconseguit la deformació absoluta dels seus trets. I ara la soledat com un interminable desert per seguir pensant. Per continuar escrivint aquest poema que limita amb la absència. Els desaigües de la memòria treballen a jornada completa. No pots estar-te d’imaginar-la. Però el seu rostre ja no es el seu rostre, sinó una amalgama de rostres que has anat incorporant en el viatge. La memòria també comet els seus homicidis.
Ara ets un home que espera un tren, i que frueix mirant el panell dels horaris, les possibles combinacions de la fuga, que s’emociona amb aquestes soledats que s’abracen i s’acomiaden.
Recorda-ho: Walter Benjamí entre l’espasa i la paret, entre els nazis i la policia franquista, entre la morfina y la salvació peremptòria dels seus manuscrits. Saps que aquest viatge té un final, i que aquest final té un nom: Res. Però també saps que tot final convoca un inici, i que la resta de la teva vida consistirà en agafar al vol trens quimèrics.
Assumeixes la teva condició fugitiva. Et miraràs per enèsima vegada al mirall trencat d’algun hotel i veuràs un home d’esquenes.
Les esquenes d’un home que espera. Ella serà tan sols un paper en blanc o un negatiu d’una fotografia abrasada o com aquest túnel que dura més del que caldria o potser ets tu que estàs entrant a la ceguesa.
Appartiens au livre NO MAN’S LAND
DERNIÈRE GARE: PORT BOU (Version française- Sonia Soriano et Rosa Ramos)
Tu ne peux pas arrêter de l’imaginer: elle, retenue dans une autre ville, face à une vitrine de lingerie. Et toi, buvant les excréments de la poésie.
Tu ne peux pas arrêter de l’imaginer: elle, crispée dans son mutisme, tremblant à la recherche d’une pilule qui ajourne le suicide. Les Miroirs qui la dédoublent, qui transfigurent son visage.
Elle, répétant jusqu’au délire : « Il faut faire quelque chose avec cet enfant, il ne dessine que des trains incendiés ». Elle regardant le bristol complètement arraché.
Le train, mais aussi une parole qui se gèle sur ses lèvres: fuite: sa parole préféré écrite à l’encre noire sur un fond embrasé. Comme qui laisse une note sous la lumière décrépie d’une lanterne Tu ne peux cesser de l’imaginer, tandis que tu cherches dans tes archives les notes sur les derniers jours de Walter Benjamin.
Tu prends des trains au vol sans savoir où ils vont Le contrôleur t’exige un billet que tu n’as jamais eu. Et toi, tu fouilles la poche intérieure de ta veste râpée.
Tu ne peux cesser de l’imaginer. Tu rentres dans un no man’s land. Eloigné des points de départ et d’arrivée, tu demandes seulement aux trains d’ignorer les gares. Enfant tu as toujours rêvé d’un billet pour un éternel aller.
Dans les chambres d’hôtel tu as réussi à être toi-même: un homme-provisoire.
Tu ne peux cesser de l’imaginer : elle t’attendant sur le quai. Elle t’a confessé qu’elle ne se souvient pas de ton visage, seulement de tes yeux tristes et fanatiques (dis-lui qu’elle fasse attention aux adjectifs, ils te foudroient).
Ton visage es neutre, comme devraient l’être tous les visages. Il ne fait de mal. Tu ne peux cesser de l’imaginer. Souviens-toi de Port Bou : Vous aviez faim, sommeil, désir. Là-bas, vous vous êtes perdus. Tout fut trop beau pour retenir
cet éclair.
Tu ne peux cesser de l’imaginer : un train à tombeau ouvert se précipitant vers l’abîme, vers la marée noire de cette nuit sans fond. Le train incendié du petit garçon: Tu ne peux pas te l’enlever de la tête. La cheminée vomissant un jet de fumée et les indiens hurlant à cheval. Tu te concentres sur l’écriture, qui est un autre train fou, un autre cheval emballé, sans t’arrêter d’observer les passagers : neuf êtres humains qui partagent le même wagon, qui se regardent où qui s’ignorent, qui lisent où qui dorment, qui contemplent absorbés, le paysage de cette région que tu ne connais pas. Qui écrivent. Tu t’es abandonné, livré à une douloureuse reconstruction de tes fragments. L’effort est inutile. Ce train est ta ligne d’évasion privée, et tu lui es soumis.
Dépouillé du poids de l’identité, déjà tu n’es plus personne, seulement celui qui n’est plus là, et celui qui doit sans cesse arriver. T’es confondu avec la vitesse. L’écriture gagne en précision. Ta calligraphie est sereine, fluide comme un fleuve imperturbable qui suit son cours. Vitesse constante de l’écriture multipliée par la vitesse discontinue du train donne toujours un résultat optimal : un zéro ou un ensemble vide libérateur.
Déjà tu ne peux plus te souvenir de son visage. Enfin tu as réussi la déformation absolue de ses traits. Et maintenant la solitude comme un interminable désert pour continuer à penser. Pour continuer à écrire ce poème contigu à l’absence. Les égouts de la mémoire travaillent à temps complet. Tu ne peux cesser de l’imaginer. Mais son visage, n’est plus son visage, mais un amalgame de visages que tu as incorporé pendant le voyage. La mémoire aussi commet ses homicides.
Maintenant tu es un homme qui attend un train, et qui se réjouit de consulter les panneaux horaires, les possibles combinaisons de la fuite, qui s’émeut de ces solitudes qui s’embrassent et se disent adieu.
Souviens-toi : Walter Benjamin entre deux feux, entre les nazis et la police franquiste, entre la morphine et le sauvetage péremptoire de ses manuscrits.
Tu sais que ce voyage a une fin, et que cette fin a un nom : Néant. Mais tu sais aussi que toute fin appelle un commencement et que le restant de ta vie va consister à attraper au vol des trains chimériques. Assume ta condition de fugueur. Tu te regarderas pour la énième fois dans le miroir cassé de n’importe quel hôtel et tu verras un homme de dos. Le dos d’un homme qui attend. Elle sera seulement une feuille vierge ou le négatif d’une photographie consumée ou comme ce tunnel plus long que prévu ou peut-être est-ce toi qui deviens aveugle.
LA CASA DE MALLARME- José Vidal Valicourt (Traducción al catalán y al francés) FIN
27 diciembre 2010
UN CLAMOR SE ARTICULA DENTRO DE LOS SILENCIOS REUNIDOS
I (Original Castellano)
Te avala una soledad antigua, un cansancio puro
que solicita ser reparado en los desiertos
y en las habitaciones claras.
Tu silencio proviene de los almendros blancos
y de las ciudades hundidas.
Tu corazón es lento, y tus ojos deben su origen
a la noche.
Es difícil acceder a la luz, y tus manos siempre
indican una dirección oscura.
Has acotado un territorio mínimo,
una escueta provincia de esperanza.
Celebras el acorde meditativo de la piedra,
el latido hondo, entrañable de esta tierra maldita.
Te sustenta un fuego noble, una cristalería de dolor.
Parece que hubieras llegado de un largo viaje.
Sin embargo, nunca te has movido de aquí.
No tienes nombre ni edad, sólo dominios imperfectos.
Confía en tu cansancio, en tu sombra,
en tu glorioso descanso.
II
Ahora que las maderas se pudren en los depósitos
del tedio, te resumes en la extensión de esta luz
monolítica.
Ahora que la tierra sedienta está maquinando
aromas de muerte y el soliloquio de los páramos
repercute en tu corazón templado.
Masticas miel pura.
El sol inflama las dunas y los párpados.
Es un incendio íntimo, y en él pervives.
Hay una colosal obstrucción en el cielo,
y los pájaros se van volviendo cada vez más torvos
en su bajo vuelo.
Te has abrasado la boca hablando de catástrofes,
y los textos que has escrito han parado el aire.
Calcinado el poema, ahora tienes que vértelas
con esta pira nueva.
El escrutinio es feroz.
Arden los manantiales y la carne se aproxima a su exterminio.
III
Los lápices sangrientos de tu niñez escriben
en los muros desconchados su perfecta discordia,
su furor renovado.
Te recreas en la sustancia amarilla de esta tierra famélica.
Sorbes el pus de la historia.
Te nutres de la sonoridad nerviosa de los insectos.
Pisas la piedra ronca, y sientes cómo la muerte
trabaja en los caserones y en los municipios pardos.
Es el olor del duelo y del hambre circunspecta,
el rencor de los candados que ciñen puertas
que nunca se abrieron.
Miras la línea del horizonte, la posibilidad de saberte
expuesto a la codicia de la intemperie.
Te abrevias, y te ves como un animal enjuto
y desabrido, interpelado por un futuro de ruinas.
Alguien está anunciando el día.
Es una voz áspera como un fémur fuera de su sitio.
Una voz que no distingue la furia del cansancio.
IV
Has arañado los muros y la piel de una mujer
dormida, respirando el aceite negro de los cuchillos
y la escritura.
Ahora esperas que un carmín fanático te selle
los labios.
Te vas consumiendo, pero un perfume de tabaco
te recuerda que eres hijo del contrabando.
La sangre se unifica en combate.
Es un proyecto violento.
Hundes la pala en el cieno.
Sientes que este sol es el juicio más severo.
Aunque la razón retenga en dudosos hangares,
urdirás los sueños de esta provincia deshecha.
Afonía de est mundo que anuncia otro día
de polvo y nobleza, que ya empieza a iluminar
el labio caliente de la cabra y la cosecha exacta
de los predios.
V
Ajustas tu pensar a los cilindros inmóviles
del verano, al rubio sosiego del campo
recién segado.
Tus ojos se abren a este fulgor desatado,
a esta mañana de agradecimientos
y de violencias que reclaman un respiro.
Pues ellas también requieren su momento
de agua y sombra.
Tu pensar está dudando entre la hierba
y el libro.
No sabe si sumergirse en la prosa nutritiva
del párrafo o en el sufrimiento calcáreo
del poma.
El día ya empieza a abusar de los límites,
a desbordarse.
Pero la casa contiene frescor, el triunfo discreto
del silencio.
Hay una palabra que pide ser nombrada.
VI
Ahora quieres narrar la fatiga de los hombres
y de los campos, la atonía del escritor,
la autoridad de la luz sobre esta tierra
que exhibe una belleza anémica.
Un viento bajo humilla los cardos, y tus manos
recalan en el estiércol.
En las últimas demarcaciones de la sombra
hay una mujer que resiste junto a su cría.
La ciudad queda lejos, como un esfuerzo inútil.
Eres el hombre manso del mediodía.
Pero tu mansedumbre no es calvario o renuncia,
sino seriedad rotunda.
Tu morada está tejida con hilos adustos.
Bajo el pomo brutal de esta luz, tu soledad
sigue investigando.
Verla trabajar emociona.
UN CLAMOR S’ARTICULA DINS ELS SILENCIS REUNITS
I (Versió Catalana- Rosa Ramos)
T’avala una solitud antiga, un cansament pur
que sol·licita ésser reparat en els deserts
i en les habitacions clares.
El teu silenci prové dels ametllers blancs
i de les ciutats enfonsades.
El teu cor es lent, i els teus ulls deuen el seu origen
a la nit.
Es difícil accedir a la llum, i les teves mans sempre
indiquen una direcció obscura.
Has acotat un territori mínim,
una concisa província d’esperança.
Celebres l’acord meditatiu de la pedra,
el batec profund, entranyable d’aquesta terra maleïda.
Et sustenta un foc noble, una cristalleria de dolor.
Sembla que haguessis arribat d’un llarg viatge.
No obstant, mai t’has mogut d’aquí.
No tens nom ni edat, només dominis imperfectes.
Confia en el teu cansament, en la teva ombra,
en el teu gloriós descans.
II
Ara que les fustes es podreixen en les dipòsits
del tedi, et resumeixes en la extensió d’aquesta llum
monolítica.
Ara que la terra assedegada està maquinant
aromes de mort i el soliloqui dels ermots
repercuteix en el teu cor temperat.
Mastegues mel pura.
El sol inflama les dunes i les parpelles.
Es un incendi íntim, i en ell pervius.
Hi ha una colossal obstrucció al cel,
i els ocells s’estan tornat cada vegada més feréstecs
en el seu vol baix.
T’has abrasat la boca parlant de catàstrofes,
i els texts que has escrit han parat l’aire.
Calcinant el poema, ara tens que vessar-les
amb aquesta pira nova.
L’escrutini és ferotge.
Cremen els brolladors i la carn s’aproxima
al seu extermini.
III
Els llapis sagnants de la teva infantesa escriuen
en els murs escantellats la seva perfecta discòrdia,
el seu furor renovat.
Et recrees en la substància groga d’aquesta terra
famèlica.
Xarrupes el pus de l’historia.
Et nodreixes de la sonoritat nerviosa dels insectes.
Trepitges la pedra ronca, i sens com la mort
treballa en els casalots i en els municipis bruns.
Es l’olor del dol i de la fam circumspecta,
la rancúnia dels cadenats que cenyeixen les portes
que mai s’obriren.
Mires la línia de l’horitzó, la possibilitat de saber-te
exposat a la cobdícia de la intempèrie.
T’abreuges, i et veus com un animal eixut insípid,
interpel·lat per un futur de runes.
Algú esta anunciant el dia.
Es una veu aspre com un fèmur fora del seu lloc.
Una veu que no distingeix la fúria del cansament.
IV
Has esquinçat els murs i la pell d’una dona
adormida, respirant l’oli negre dels ganivets
i l’escriptura.
Ara esperes que un carmí fanàtic et segelli
els llavis.
Et vas consumint, però un perfum de tàbac
et recorda que ets el fill del contraban.
La sang s’unifica en combat.
Es un projecte violent.
Enfonses la pala en el llot.
Sents que aquest sol es el judici més sever.
Encara que la raó et retingui en dubtosos hangars,
ordiràs els somnis d’aquesta província desfeta.
Afonia d’aquest món que anuncia un altre dia
de pols i de noblesa, que ja comença a il·luminar
el llavi calent de la cabra i la collita exacta
de les finques.
V
Ajustes el teu pensar als cilindre immòbils
del estiu, al ros assossec del camp
acabat de segar.
Els teus ulls s’obren a aquest fulgor deslligat,
a aquest matí d’agraïments
i de violències que reclamen un respir.
Puix que elles també requereixen el seu moment
d’aigua i ombra.
El teu pensar esta dubtant entre l’herba
i el llibre.
No sap si submergir-se en la prosa nutritiva
del paràgraf o en el sofriment calcari
del poema.
El dia ja comença a abusar dels límits,
a desbordar-se.
Però la casa conté frescor, el triomf discret
del silenci.
Hi ha una paraula que demana ésser anomenada.
VI
Ara vols narrar la fatiga dels homes
i dels camps, l’atonia del escriptor,
l’autoritat de la llum damunt aquesta terra
que exhibeix una bellesa anèmica.
Un vent baix humilia els cards, i les teves mans
recalen la femta.
En les darreres demarcacions d l’ombra
hi ha una dona que resisteix junt a la seva cria.
La ciutat queda lluny, com un esforç inútil.
Ets l’home mansuet del migdia.
Però la teva mansuetud no es calvari o renuncia,
sinó serietat rotunda.
La teva morada està teixida amb fils adustes.
Sota el pom brutal d’aquesta llu, la teva solitud
segueix investigant.
Veure-la treballar emociona.
UNE CLAMEUR S’ARTICULE DANS LES SILENCES RÉUNIS
I (Version française- Sonia Soriano et Rosa Ramos)
T’es cautionné par une solitude ancienne,
un épuisement pur qui sollicite
être réparé dans les déserts
et dans les chambres claires.
Ton silence proviens des amandiers blancs et des villes enfoncées.
Ton cœur est lent, et tes yeux doivent leur origine a la nuit.
Il est difficile d’accéder à la lumière, et tes mains
indiquent toujours une adresse obscure.
T’as circonscrit un territoire minime, une sobre province d’espoir.
Fêtes l’accord méditatif de la pierre,
le battement profond, cher à cette terre maudite.
Tu es soutenu par un feu noble, une verrerie de douleur.
Il semblerait que t’arrivais d’un long voyage.
Cependant, tu n’as jamais bougé de là.
Tu n’as pas de nom ni d’age, seulement des domaines imparfaits.
Fais confiance a ta fatigue, dans ton ombre,
dans ton glorieux repos.
II
Maintenant que les planches pourrissent dans les dépôts
de l’ennui, tu te résumes à l’extension de cette lumière
monolithique.
Maintenant que la terre assoiffée machine arômes de mort
et le soliloque des friches
répercute dans ton cœur tiède.
Tu mâches du miel pur.
Le soleil enflamme les dunes et les paupières.
C’est un incendie intime, et en lui tu survis.
Il y à une colossale obstruction dans le ciel,
et les oiseaux deviennent de plus en plus
torves dans son vol bas.
Tu t’es brûle la bouche parlant de catastrophes,
et les textes que t’as écrit ont arrête l’air.
Calciné le poème, maintenant tu dois les verser
avec ce nouveau bûcher.
Le scrutin est féroce.
Brûlent les sources et la chair s’approche
de son extermination.
III
Les crayons saignants de ton enfance écrivent dans le murs décrépis sa parfaite discorde, sa fureur renoué.
Tu te récrés dans la substance jaune de cette terre famélique.
Absorbes le pus de l’histoire.
Tu te nourris de la sonorité nerveuse des insectes.
Marches sous la pierre rauque, et tu sens comme la mort travaille dans les bâtisses et dans les municipes bruns.
C’est l’odeur du deuil et de la faim circonspecte,
la rancune des cadenas qui enserrent
portes que jamais se sont ouvert.
Regardes la ligne de l’horizon, la possibilité de te savoir exposé à la cupidité de l’intempérie.
Tu t’abréges, et tu te vois comme un animal maigre
et maussade, interpellé par un avenir de ruines.
Quelqu’un est entrain d’annoncer le jour.
C’est une voix rugueuse comme un fémur en dehors de sa place.
Une voix que ne distingue pas la furie de la fatigue.
IV
Tu as égratigné les murs et la peau d’une femme
endormi, respiré l’huile noir des couteaux
et l’écriture.
Maintenant tu attends que un rouge fanatique te scelle
les lèvres.
Tu est entrain de te consommer, mais un parfum de tabac
te rappelle que tu es fils de la contrebande.
Le sang s’unifie dans le combat.
C’est un projet violent.
Enfonces la pale dans la bourbe.
Tu sens que ce soleil est le jugement le plus sévère.
Encore que la raison te retienne dans des hangars douteux,
ourdiras les rêves de cette province défaite.
Aphonie de ce monde qu’annonce un autre jour
de poussière et de noblesse, qui commence
déjà à éclairer la lèvre chaude de la chèvre
et la récolte exacte des pâturages.
V
Encadres ta pensée aux cylindres immobiles
de l’été, au blond apaisement du champ
qui viens d’être moissonné.
Tes yeux s’ouvrent à cet éclat débridé,
a ce matin de remerciements
et des violences qui réclament un répit.
Car elles aussi nécessitent de son moment
d’eau et d’ombre.
Ta pensée est douteuse entre l’herbe
et le livre.
Il ne sait si se submerger dans la prose nourrissante
du paragraphe ou dans la souffrance calcaire du poème.
La journée commence déjà à abuser des limites,
à se déborder.
Mais la maison contiens de la fraîcheur, le triomphe
discret du silence.
Il y à une parole qui demande être nommé.
VI
Maintenant tu veux raconter la fatigue des hommes
et des champs, la atonie de l’écrivain,
l’autorité de la lumière sur cette terre
qui exhibe une beauté anémique.
Un vent bas humilie les chardons, et tes mains
atterrent le fumier.
Dans les dernières démarcations de l’ombre
il y à une femme qui résiste jointe a son petit.
La ville est encore loin, comme un effort inutile.
Tu es l’homme docile du midi.
Mais ta douceur n’est pas du calvaire o de la renonce,
mais sérieux catégorique.
Ta demeure est tissée avec des filets austères.
Sous le pommeau brutale de cette lumière, ta solitude
continue d’enquêter.
La voir travailler ému.
Para comprar el original: http://www.agapea.com/libros/La-casa-de-Mallarme-isbn-8495099772-i.htm



